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"Sigo Siendo se mueve por aguas profundas"

Mirko Lauer habla sobre la película y su valor como "depositaria de la memoria colectiva".

Publicado: 2014-06-06

A propósito de las actividades que se llevan a cabo como parte de la apertura del Lugar de la Memoria la Tolerancia y la Inclusión Social(LUM), se presentará hoy Sigo Siendo. El politólogo Mirko Lauer hace un análisis de esta película en su columna de opinión publicada en el diario La República.

Músicos en la memoria

El miércoles el primer acto en la inauguración del Lugar de la memoria, LUM, fue una presentación musical, inevitablemente bajo el toldo simbólico de la película Sigo siendo, la cual además será debatida allí esta noche. En este caso la música fue una introducción más elocuente que las palabras, que vinieron luego.

En estos días, en que el público de cine peruano se ha constituido en una suerte de flashmob capaz de superar el millón de personas, los 45,000 espectadores de la película de Javier Corcuera parecen algo modesto. Pero para un documental, musical además, la cifra es un récord, el impacto ciertamente iné-dito, y la importancia cultural decisiva.

Un día antes de la inauguración del Lugar de la memoria Corcuera habló en la PUCP. Volvió a decir que el tema de su obra es la identidad, y que esa pieza maestra exigió unas 250 horas de grabación. Explicó que la película está hilvanada a partir del agua, fluyendo de la selva a la costa, y que solo una secuencia (Máximo Damián en Chincha) fue construida.

Sigo siendo establece al mundo de la música en cuanto depositaria de la memoria colectiva (obras, intérpretes, leyendas) como la lingua franca de la identidad peruana en medio de la convulsión. No solo la convulsión causada por la violencia; también la producida por la acelerada modernización.

Su propuesta, y uno de los argumentos de su éxito, es la memoria como una de las tareas de la actualidad. No solo en el sentido en que la entiende el LUM, algo que todavía está por terminar de definirse, sino un aspecto de cómo entendemos la memoria todos y cada uno de nosotros: el reencuentro, voluntario o no, con lo que estaba olvidado.

Esta yuxtaposición de canciones de diversos tiempos y espacios culturales concibe un sincretismo cultural más articulado que la propuesta algo aritmética de “todas las sangres”. Lo que nos llevamos al final de las dos horas es un sentimiento de unidad de lo popular incluso en sus raíces tradicionales. Algo distinto del crisol uniformizador de lo popular moderno.

Hay canciones alegres, pero no es una película alegre. Varios de los intérpretes pasan a través de los paisajes de la tragedia genocida de los años 80/90. Las alusiones son discretas, pero el dolor es evidente. Otros se presentan con muda dignidad sobre en el escenario de su propia vida, heroicos y pauperizados al mismo tiempo.

Aquí tenemos un ejemplo intenso de la descripción de la música que hizo Jacques Attali como la banda sonora de la sociedad. Haber subido la película a bordo del LUM desde el primer día es correctísimo, puesto que Sigo siendo se mueve por aguas igual de profundas, y con afluentes que vienen de mucho más lejos que la violencia.


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Sigo siendo

Blog de la película que viaja por los mundos del Perú a través de la vida de sus músicos.


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“Sigo siendo (Kachkarinaqmi)” es una película de personajes, de personajes que son parte de un país.