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"Todos tenemos una cita imprescindible con Sigo Siendo"

El crítico Federico de Cárdenas repasa la filmografía de Javier Corcuera y recomienda al público nacional asistir a salas a apreciar "Sigo Siendo".

Publicado: 2013-08-25

Emigrado a España por razones vocacionales y favorecido por su doble nacionalidad, Javier Corcuera (Lima, 1967) ha desarrollado allí una valiosa carrera internacional como documentalista que lo ha llevado por medio mundo. Es posible que en sus inicios el apoyo y amistad de Fernando León de Aranoa, importante realizador español, le facilitara las cosas; pero lo restante, que no es poco, lo debe a su propio talento, del que da prueba una obra variada y que es conocida por los cinéfilos gracias a sucesivas presentaciones en el marco del Festival de Lima.

Allí hemos podido ver La espalda del mundo (2002), que contaba con un episodio rodado en Lima y que era la historia de un niño picapedrero que trabajaba en una cantera de la capital; La guerrilla de la memoria (2002) en la que rescataba la poco conocida historia de cinco de los guerrilleros que continuaron por casi un decenio combatiendo al franquismo en las agrestes sierras de la península; Condenados al corredor (2003) con entrevistas a condenados a muerte en espera en prisiones estadounidenses y también Hijas de Belén (2004), cortometraje rodado en este barrio característico de Iquitos.

También se han proyectado Invierno en Bagdad (2005) en la que se centra en los efectos de la ocupación estadounidense en los niños que habitan la capital iraquí; Invisibles (2007), largo de episodios en el que presenta el drama de los campesinos despojados de sus tierras a causa de la guerra interna colombiana y Canciones desde Palestina (2009), que se abre con imágenes impresionantes del sepelio de Mahmud Darwish, uno de los más inspirados poetas palestinos y alma de su relato.

Aunque el Perú no ha estado ausente de las preocupaciones de Corcuera, es verdad que hasta ahora no había tenido oportunidad de dedicar una película íntegra a nuestro país y es en este sentido que hay que entender su afirmación de que “siente estar pagando una deuda” al haber realizado Sigo siendo, cuyo hermoso título original (Kachkaniraqmi) es explicado en un texto de José María Arguedas que aparece como epígrafe inicial.

ESTRUCTURA

El filme se abre y cierra con intervención de una narradora shipiba que cuenta mitos originarios de su comunidad y en especial su relación con el agua, suerte de leit-motiv de las imágenes en su recorrido por selva, sierra y costa del Perú, pero este “viaje del agua” es también desplazamiento de seres humanos. De hecho, la figura que confiere unidad a su primera parte es la del legendario violinista Máximo Damián, quien decide retornar por tierra –tras los pasos del taita Arguedas– a su pueblo natal. En este recorrido se detendrá en Chincha, para visitar a los Valleumbrosio en El Carmen y formar parte de una romería tocada y danzada a la tumba del fundador de esta dinastía de músicos y zapateadores; seguirá su visita a su desertado pueblo y a la abandonada hacienda Viseca, donde JMA pasó sus años de infancia –el recuerdo de los años de violencia brota, espontáneo, para explicar la situación– y finalmente se reencontrará con Raúl García Zárate y Jaime Guardia, músicos y amigos de Arguedas, quienes recuerdan a quien fuera su maestro.

Esta síntesis de la primera parte del filme, en nuestra opinión la más lograda, no pretende ser detallada, pero quedaría incompleta si es que no mencionara el brillante episodio de la “toma de profesión” de una joven danzante de tijeras –una significativa ruptura de la tradición, puesto que hasta ahora los danzantes solo fueron varones– con sus habituales fases de patrocinio, desafíos y envite, tal como JMA lo narrara en “La agonía de Rasu Ñiti”, acaso su más sentido relato corto y obra maestra de nuestras letras.

Hay en el documental de Javier Corcuera un doble movimiento: en su primera parte narra el reencuentro con su terruño de una serie de magníficos intérpretes que tuvieron que dejarlo para conquistar en Lima el reconocimiento por su arte; en la segunda se centra en músicos originarios de la capital –Carlos Hayre, Félix Casaverde, Chabuca Granda, Susana Baca y muchos otros– quienes evocan a los maestros de la música criolla –Pinglo, Espinel, Acosta Ojeda y varios más– para vincularlos con su propio arte.

IMÁGENES

Así como en la primera parte son los escenarios naturales y campesinos los que predominan, captados con una belleza que corta el aliento del espectador, aquí recorremos los escenarios citadinos en los que se cultivó originalmente la música criolla –representados por esa reunión en el “callejón” barranquino y peñas como la de Don Porfirio–, desde los cuales existe una irradiación vivificadora, pues si bien se trata de lugares donde se conserva la tradición no estamos ante museos paralizados en el tiempo. Nuestra música continúa desarrollándose, viva y abierta a las influencias de hoy, tal como lo sentimos en esa actuación de Susana Baca en una calle del Centro Histórico.

El logro artístico de una película como Sigo siendo se basa en esta mezcla de tradición y modernidad que recorre nuestra música y que supo vislumbrar antes que ninguno José María Arguedas (a quien escuchamos cantar en grabaciones felizmente conservadas y reeditadas), que juega aquí el rol de figura tutelar y fue en los años 50 y 60 del siglo pasado el gran patrocinador y presentador de los músicos andinos cuando vinieron a jugar su suerte en el ámbito limeño. Del mismo modo que la andina, la música criolla es producto de un mestizaje cultural y múltiples influencias, de allí que ambas sean fuentes insoslayables de nuestra identidad.

Todo esto se encuentra puntualmente expresado en la película de Javier Corcuera, que une a la belleza de sus imágenes el haber sabido convocar a lo mejor de nuestros músicos e intérpretes. En este sentido, no se espere encontrar en ella grandes discursos. Aquellos a quienes la reflexión sobre temas de identidad nacional deje indiferentes igual podrán disfrutar de un gran espectáculo, pues el realizador y su equipo han logrado reunir hasta tres generaciones de intérpretes cuyas figuras y arte quedan así preservadas para la posteridad, tal como ya ocurre con Carlos Hayre y Félix Casaverde, fallecidos luego del rodaje.

Concluimos diciendo que todos tenemos una cita imprescindible con Sigo siendo, que no dudamos en recomendar.

La ficha

Título original. Kachkaniraqmi

Dirección. Javier Corcuera

Guion. JC y Ana de Prada

Intérpretes. Magaly Solier, Susana Baca, Máximo Damián, Raúl García Zárate, Jaime Guardia, Carlos Hayre, Félix Casaverde, familia Valleumbrosio, etc.

Premios. Mejor documental (Festival de Lima)

Producción. Perú/España, 2013

Duración. 120 minutos

Publicado originalmente en el Diario La República


Escrito por

Sigo siendo

Blog de la película que viaja por los mundos del Perú a través de la vida de sus músicos.


Publicado en

Sigo siendo

“Sigo siendo (Kachkarinaqmi)” es una película de personajes, de personajes que son parte de un país.